junio 02, 2010

Reseña de Trivium en Londres, Marzo 2010 [Scans de Metal Hammer + Traducción]




Como recordarán, Trivium estuvo de gira en el Reino Unido durante el pasado mes de marzo. Metal Hammer tuvo el privilegio de estar con ellos tanto fuera como dentro de la acción de los shows y en la edición de junio de la revista presentan una reseña de la experiencia vivida.
A continuación dejo los scans de la revista, así como la traducción al español de lo que menciona el reportaje. Da click a cada imagen para verla en alta resolución.


Trivium ha estado en Londres por solamente tres días y ya hay un sendero de destrucción, libertinaje, y violencia a su paso. Su manager del tour está cubierto en sangre por una herida en la cabeza, su encargado del sonido fue expulsado al término del show por ser demasiado ruidoso, y su guitarrista perdió el conocimiento con siete chicas en su cama. Todos los miembros de Trivium —el líder Matt Heafy, el bajista Paolo Gregoletto, el guitarrista Corey Beaulieu y su nuevo baterista Nick Augusto- tienen un gran sentido del humor y son divertidos, pero esto es algo que no esperarías ver de una banda que ha parecido muy seria en los años recientes. Pareciera que el reemplazo del ex-baterista Travis Smith con el antiguo compañero de escuela de Paolo y técnico de batería del grupo (Nick), ha inyectado un nuevo sentido de hermandad, si no a propósito, al menos sí en su causa. De haber tenido pequeños comienzos, la banda ha superado a muchos de sus predecesores para ser titular en su "Into The Mouth Of Hell We Tour" con Chimaira, Whitechapel y Rise To Remain.

Es el segundo día de dos noches completamente sold-out en el Koko en Londres, y nos unimos al cuarteto para un almuerzo en Camden Market. Matt —cuya encantadora esposa está con él- está dispuesto a comer, pero han perdido a Corey en uno de los muchos establecimientos. Matt está en plena forma (juramos que hasta creció algunas pulgadas) mientras discutimos la escena de los Estados Unidos y el Reino Unido, y de cómo difieren. Un adolescente flaco se mueve furtivamente hasta Matt como si estuviera en trance y dice, "Eres Matt Heafy", antes de repetir "Oh Dios mío... Oh Dios mío" algunas veces. Con la fotografía tomada, el trabajo está hecho.

El testarudo metalero Corey finalmente llega para unirse al resto de la banda y da una masiva sonrisa. "Chequen esto", sonríe alegremente, antes de sacar su compra de una bolsa. La playera es de un esqueleto que lleva una guitarra, deslizándose de rodillas y las manos salen de las tubas y relámpagos llenan el cielo. ¿Qué podría hacer de esa playera algo más metalero? Corey reflexiona antes de contestar. "Tetas."

En ruta al restaurante, fuimos agresivamente acosados por un "tipo que frecuenta el Camden" con su cámara lista. Sabía que estos chicos eran parte de una banda, y aunque ni ha de saber cuál, sabe que eso no lo va a detener de perderse la acción. La fotógrafa de Hammer Tina evadió al pseudo-paparazzi, pero sin inmutarse, nos siguió hasta el restaurante, exigiendo una foto. El publicista de la banda se interpone en el camino, pero él está en pie hasta que fue retirado del local.

"Ya medio nos acostumbramos a eso", dice la esposa de Matt, quien está de visita por unos días. "Siempre hay invasiones a nuestra privacidad. Justo antes de que nos casáramos algunas fotos de mi página personal de Facebook fueron tomadas y encontraron su camino hacia otros sitios. Fue horrible."

Durante la conversación, sale a relucir que Paolo y Nick se han conocido desde que eran jóvenes y pasaban tiempo juntos en campamentos cristianos y en la escuela católica. Su desprecio por la religión es evidente y su relación mutua es como de hermanos. La banda se mantiene diplomática mientras hablan del recién salido baterista.

"Estábamos por todo el país", explica Matt. "No podíamos reunirnos en una sola habitación, así que la única manera de reunir a la gente que necesitábamos que hablara allí fue a través de una llamada en conferencia. No es como que nada más le hubiéramos mandado un mensaje de texto."

Pero mientras algunos fans se cuestionan, la banda está orgullosa de su nueva vida y están emocionados de estar tocando junto a Nick, de quien todos dicen que es un excelente baterista.

Matt finaliza su helado de Wasabi y todos nos dirigimos de vuelta al hotel. A pesar de haber finalizado el ciclo del álbum y tour de Shogun, aún quedan entrevistas por hacer.

La banda se sienta en el lobby de su ostentoso hotel en West End, mezclilla y cuero hacen la incongruencia de los ojos preocupados de los incrédulos huéspedes.

"Nadie escribe baladas de metal como Skid Row, hombre", dice Corey mientras él y Paolo esperan el taxi que los lleve al lugar del show. "'Wasted Time' es todavía poca madre hasta este día. No puedo creer que perdí mi copia de 'Slave To The Grind'."

La conversación da un giro y ahora Paolo explica de cómo ellos están visitando lugares donde nunca habían tocado antes.

"Tocamos en Inverness por primera vez en este tour", dice. "Queremos hacer más shows como ése, tocar en medio de la nada."

Es algo que ya han hecho en los Estados Unidos: el tocar en lugares en su estado de origen en Florida, donde no habían tocado desde los días del 'Ember To Inferno'. Es difícil de imaginar muchas de las nuevas bandas de hoy pidiendo tocar para multitudes pequeñas en pueblos oscuros durante su tiempo libre. Pero Trivium nació para tocar.

Incluso durante la sesión de fotos, Corey escoge y rasguea mientras practica postura tras postura. No cabe duda de que son una de las bandas más queridas en el Reino Unido, vendiendo completamente ambos shows de su presentación en el Koko, cuya capacidad es de 1,500 personas.

Pero no todo es trabajo: mientras hace poses con la guitarra, Corey discute cuán dispuestas están las estrellas porno para desvestirse, y con indiferencia.

"Paolo y yo conocimos a esta stripper una vez", dice, totalmente emocionado. "Ella estaba quitándose la ropa frente a nosotros. Nos tomamos una foto con ella mientras hacía esto...", dice, las palmas de sus manos agarrando senos invisibles. "Ella estaba tan feliz sin sus ropas como con ellas. ¡Su asesor de carrera le dio justo al dinero!"

Trivium llegó a la puerta trasera del Koko, y evitaron una multitud desordenada de personas. La banda podrá estar tocando para miles de chicos ahora, pero no siempre fue cerveza gratis, autobuses de gira y comida caliente. Han atravesado un largo camino desde que Hammer los siguió en el Highbury Garage en Londres, con 3 Inches of Blood en el 2004, con Arch Enemy en Estocolmo en el 2005, y en Dublin con God Forbid en el 2006. Su subsecuente ascenso los ha visto tocar en el Brixtol Academy con Machine Head en el 2007, y el Unholy Alliance III Tour con Slayer en el 2008.

Luego de que Paolo afeitara su cabeza y que Matt hiciera sus ejercicios rigurosos, el líder toca algunos de los nuevos riffs en los que está trabajando. De los cinco que toca, emerge un fuerte 'Sonido a Trivium'. El álbum que le sigue a Shogun se está formando bien, y con Nick en la banda ellos no pueden esperar a trabajar en él apropiadamente.

Este es su segundo show en el Koko, y el zumbido del show de anoche es escrito tanto en Twitter como en Facebook por toda la capital. El humor es efervescente pero -no se debe descansar en sus laureles- la banda atiborra cada minuto con productividad, y se dirigen al piso inferior para un 'meet & greet'.

Rise To Remain (liderada por el hijo de Bruce Dickinson, Austin) apenas ha salido al escenario y están a tope. Claro, también está Stella, pero Austin preferiría una pinta de una amarga: no hay nadie con ánimos de pelear esta noche. La conversación es puntuada por la llegada de dos rubios atractivos y bien hablados. Rise To Remain está donde Trivium estuvo hace 5 años: los advenedizos rompiendo el circuito e impresionando a los veteranos. Y hablando de veteranos, el mismo Sr. Bruce Dickinson miró su set orgullosamente desde bastidores.

Matt Heafy está de vuelta en el vestidor, y el a menudo ansioso líder se baja un trago con su chico encargado del sonido, Goody, antes de prepararse para el set.

En vivo, la banda nunca había estado mejor. Su entusiasmo, energía y el increíble poder de su música es completamente abrumador. The Crusade quizá sea su álbum menos amado, pero en vivo, Anthem (We Are The Fire) hará que se te ericen los vellos del cuerpo. Y sí, Dying In Your Arms y Pull Harder On The Strings Of Your Martyr aún tienen una gran respuesta, y no fue menos cuando la mayoría de los miembros de Rise To Remain se unió a ellos en el escenario, haciéndose cargo del micrófono, con cervezas en la mano. Nick está en su elemento detrás del kit de batería, agregando un sentimiento de metal más pesado al set en vivo. Trivium camina una línea que es tanto increíble como difícil de caminar: creando un sonido de metal positivo y triunfante, a diferencia del desolado y abatido metal moderno. Pocas bandas de metal pueden jactarse de haber tocado ante tal cantidad de personas tan temprano en sus carreras.

A través de 'alguien que conoce a alguien', la fiesta de Trivium ha logrado hacer uso inconveniente del piso superior de un 'pub' cercano, una caja de cerveza y una botella de Jack Daniel's. Pero a Austin no le importa porque ellos tienen cerveza de barril.
"Me gusta la verdadera cerveza", dice. "Mi padre y yo vamos a la cervecería en Chiswick, donde hacen el London Pride".

Como si alguien hubiera vaciado una copia de Hammer en el set de Cheers: Matt De Vries (Chimaira) juega al billar, Corey anda al acecho, y el manager de Rise To Remain instruye a su joven banda cantando el punk que sale del estéreo. Mientras Dillinger Escape Plan domina sobre el punk, todo se vuelve borroso y de repente es de mañana y hay dolor.

Los de Trivium se sientan, finalmente reunidos, en un curry house en el distrito de Soho en Londres durante su día libre. La banda se dirige -en varios estados de escepticismo- a ver a Steel Panther en Brixton.

La banda dejó el pub a las 3 A.M. y continuaron bebiendo en su hotel. Antes, su encargado del sonido, Goody, fue corrido del pub por bramar a todo pulmón y negarse a detenerse. Perdió el conocimiento y reapareció a las 5 A.M. vagando en las calles, completamente perdido. Su manager de gira todavía tiene que figurar cómo se abrió la cabeza mientras una cámara reveló la evidencia de un Corey con la ropa puesta y desmayado con siete chicas en su cama.

"¡Pero eran las ocho de la mañana, hombre!", grita Corey en su defensa. Sigue siendo heroico en nuestro libro.

Una vez instalados en el bar VIP en el Brixton Academy, la banda bebió otra vez mientras miraron a Steel Panther sacar los 80's pateando y gritando hacia el nuevo milenio. El zumbido que rodea a Trivium ya no es el de una nueva banda, sino simplemente de una gran banda. Mucha de su energía proviene de la ósmosis de sus fans y de la relación simbiótica y mutua que crece mientras la banda se reconecta con los fans y convierte a los escépticos. La banda ha probado que puede sobrevivir a los ataques calumniosos de los medios y a problemas personales; ¡esperemos que su equipo pueda sobrevivir a las giras!

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