Día 2
[ Parte II ]
Montones y montones de prensa... bla bla...
De hecho mostramos nuestro nuevo álbum, videos, arte a todos los líderes de todos los lugares donde venden CDs de todo Japón, y básicamente los que van a vender nuestro nuevo disco: nos fue increíblemente... pero eso me puso hambriento.
La cena fue en un lugar que Koji nos dijo que acababa de abrir hace unos meses (que es muy, muy radical, teniendo en cuenta que siempre hemos ido a lugares a los que Koji ha ido antes – la mayor parte del tiempo que antes de ir con nosotros). Era un piso lleno de quioscos en el interior. Era como un pequeño mercado de alimentos interno que uno vería en algún lugar como en el sudeste de Asia. Algunos de las mesas eran cajas de cerveza con banquitos; algunos de los asientos eran baldes; había todo tipo de personas en el lugar... familias, las personas que regresan del trabajo, el rockero que viste a la moda / niños japoneses jóvenes cyberpunk, y un camarero que se quitó lo que le cubría sus tatuajes para comparar los tatuajes (los tatuajes siguen siendo muy despreciados en Japón debido a la asociación con la mafia japonesa – así que fue 'cool' que el chico se arriesgó a ser visto por su jefe por comparar la tinta.)
Éste fue uno de los mejores lugares que he visto en Japón. ¡Todas estas opciones! Había lugares que SOLAMENTE servían carne de cerdo; o sólo pollo; lugares para Yaki-tori; coreanos; lugares para Okonamiyaki (que es uno de los platos japoneses más geniales que hay... sólo puede ser descrito como una pizza japonesa – pero ni siquiera le llega a una pizza), y entonces... encontramos un Dojo de carne. Unaji. Un lugar conocido por sus preparaciones de carne de res.
Tuvimos un buen Kirin (o tal vez fue Sapporo ... uh oh ... había mucho de ésto ... creo que fue Sapporo – y sí. Sapporo japonesa. No cerveza Toronto-Japonesa) - mucha de ella.
Me decidí de modo emocionado... “oigan, vamos a comer un poco de aquí... algo de por allí (señalando)... algo por ahí...” Íbamos saltando de lugar en lugar hasta que caímos.
El primer plato fue tartar de res con cebolla verde, en la parte superior de menta japonesa. La carne era todo lo japonés... completamente cruda... y todo fue fantástico. Había trozos crujientes (lo que creo que fue la cebolla, o algo con sabor y textura de cebolla) forrados en su interior. Se preparó a modo de Kofte... simplemente preparado en ese rectángulo hermoso.
Mis cohortes en el crimen: Koji y Corey.
El siguiente fue el segundo estómago de una vaca. Koji nos dijo que cada uno aparentemente sabe completamente diferente. Éste... me recordó a ñoquis (gnocchi) al-dente. Sé que algunos se estremecen con la idea de menudencias - pero déjenme decirles - esto es lo bueno. En la antigüedad, las personas utilizaban todas las partes del animal; que es la forma en que debe ser. Si nuestras pobres criaturas en la Tierra tienen que morir para nosotros – bien podríamos utilizar todo, sin desperdiciar nada. La textura era como ñoquis y mondongo. Koji mencionó que las partes que parecen a mondongo (como las que se ven en el menudo) se llaman “panales de abejas” en Japón. Eso me gusta. La salsa me recordó a salsa okonamiyaki – dulce y salada al mismo tiempo... las coles verdes junto con el estómago se complementaban por arte de magia.
El último “chico malo” fue carne de res a la plancha con champiñones japoneses. Siempre me han atraído los champiñones... pero no como que realmente me gusten los champiñones; más o menos hasta los últimos años. “Ravenous Pig” (de James Petrakis) en Orlando, Florida es uno de los lugares más fantásticos de alimentos cuando voy a casa; fácilmente diría que está cara a cara con cualquier restaurante de ciudades como Nueva York, Chicago o San Francisco - y mi amigo Jason, que trabaja allí, siempre se recomienda lo mejor de lo mejor en Pig. Petrakis definitivamente me metió en lo que son los champiñones, él utiliza algunos de los champiñones más chingones que he comido -y desde que he probado la cocina de James: He sido un fanático de los champiñones. (Más información sobre el Pig en un blog de futuro, pero de vuelta a Japón)
Así, la res fue fantástica. Lo que amo de la res en Japón es que sabe a res; tiene la textura de res (sé que esto parecen declaraciones obvias, pero déjenme explicar); en los Estados Unidos siento que la carne y los bisteces están hechos demasiado suaves; una textura casi como de hamburguesa pareciera ser para lo que estamos entrenados para comer carne. Sí, un filete se supone que tiene una textura más delicada y todo, pero esta carne: se siente como si estuvieras comiendo carne de res - y es una cosa hermosa. Uno tiene esa sensación de que se mastican esas áreas fibroso-musculosas, y con variaciones con áreas de grasa, a diferencia de la carne - no es sistemática - es natural. Me encanta la carne de res japonesa - está limpia del sabor a bistec - sabe a carne, y se mastica como la carne. ¿Los champiñones? No hay otra descripción más que “impresionante.”
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